The Victoria´s Secret Fashion show

Tras seis años sin tener desfiles de VS, la legendaria firma de lencería ha vuelto a desplegar sus alas y a traer el glamour de vuelta a nuestras monótonas vidas, o al menos, eso era lo que planeaban.

El 16 de octubre ha tenido lugar el ansiado desfile y, por primera vez en su historia, en directo. Desde Brooklyn, Nueva York, los angeles volvieron a bajar a la tierra, amenizados por las actuaciones de Lisa, Tyler y la legendaria Cher. El show prometía volver a ser lo que era antes: ángeles, alas, glamour, pero en pos de la modernidad y adaptarse a los nuevos tiempos, la firma no ha logrado conectar con el público, en gran medida.

El casting ha sido perfecto, al César lo que es del César. Por fin, después de años de polémicas, hemos tenido un show con diversidad, tanto de talla como de identidad de género. Por primera vez en su historia, modelos transexuales como Alexa Cosani y Valentina Sampaio han tenido cabida en el universo de Victorias Secret. Un hecho con suma relevancia, y más teniendo en cuenta que el percusor de los desfiles de VS, Ed Razeck, declaró en una entrevista que “las personas de tallas grandes y trans no venden la fantasía de VS”. Dichas declaraciones le acabaron costando su puesto de trabajo. En cuanto a diversidad hablamos, tuvimos a modelos de todas las tallas y edades. Kate Moss hizo su debut para la firma con 50 años, Eva Herzigova volvió a desfilar para la marca, Ashley Graham desfiló sus curvas por las pasarelas y el ángel por excelencia de la marca, Adriana Lima, volvió.  Éxito rotundo en cuanto a casting se puede hablar. Pero no solo de modelos vive la marca.

Las escenografía ha sido pobre y escasa, como si de un montaje de last minute se tratase. ¿Dónde quedó la escenografía como la del VSFS del 2004? ¿Dónde estaba esa pasarela de purpurina que destilaba glamour? ¿Y la sección Pink del desfile? La más divertida y joven de la marca este año ha brillado por su ausencia.

No fue lo único que se echó en falta, sin no también, las famosas ondas de VS. Esas ondas que luego inundaban los tableros de Pinterest y al que todas las bloggers y youtubers de moda les dedicaban posts. Este año se han optado por coletas tirantes, ondas a medio hacer y cardados imposibles.

Otro problema ha sido la elección de la marca de zapatos que colaboraba con el show: Rene Caovilla. La marca veneciana es una marca perfecta para las alfombras rojas, no para las pasarelas como hemos podido comprobar. ¿Que ocurre cuando modelos profesionales tienen que caminar por una pasarela y no tienen zapatos que les agarre y les aporte sujección? Que puede ser un buen fashion drama, si no, que se lo cuenten a la modelo holandesa Doutzen Kroes, a la que el tacón se le quedó atorado en una parte de la pasarela y tuvo que parar para volver a ponserse el zapato. Y no solo an ella, si no que a un buen número de modelos se les veía incómodas desfilando con los zapatos de Rene Caovilla.

Otro aspecto que se ha echado en falta ha sido el aspecto camp del show, la extravagancia, las alas de lo mas variopintas como pompones de animadoras, de hadas o de lo que la imaginación echase a volar.

En resumen, la vuelta del desfile no ha sido como se esperaba, pero eso no quita que haya sido mala o desastrosa, si no todo lo contrario, se puede ver como una una buena base de cara a los próximos desfiles, algo en los que establecerse y volver a tener como imagen de marca. Si siguen escuchando a los fans, reforzando el buen trabajo que han realizado, el próximo desfile será un rotundo éxito.

Angel Flores